miércoles, 19 de junio de 2013

La marca vende más que el producto


     La economía de la experiencia no es otra cosa que una estrategia de marketing para vender un estilo de vida. Hay empresas que compiten por la vía del  precio que van a ofrecer en el mercado, otras, en cambio, han logrado cambiar esta forma llegar al público y han decidido apostar por la innovación y la creación de experiencias.


- El ejemplo claro de esto es la marca APPLE.





     Apple es una empresa que encarna la irrupción del diseño en el mercado tecnológico. Sus productos no son simples computadoras, teléfonos y reproductores de música sino exclusivos artículos de moda.     
      El colectivo social vive preso de sus fantasmagorías y no ha despertado aún de su relación inconsciente, onírica, con la historia y el conjunto social. El mundo de deseos que rodea a la mercancía en el presente y que es esencial para la publicidad y el sostenimiento del consumismo acompaña así el mantenimiento en un estado de ensueño de la colectividad social, y significa un arruinamiento de la carga utópica de las imágenes de deseo del siglo XIX, en tanto que promueve la promesa de que el ansia de gratificación, plasmada en tales imágenes, se satisface a través de la adquisición de la mercancía.
      La verdad es que detrás de cada nuevo producto que desarrolla Apple, junto con esa satisfacción casi hormonal que le entrega a los tecno-fanáticos-a-la-moda, hay un cambio cultural sin el cual la marca no tendría el éxito que tiene: el culto a lo desechable. Cada aparato al que se le antepone una i está fabricado con sus días contados.
      Desde sus comienzos, Apple ha defendido un nuevo paradigma social, un consumismo bestial que genera la falsa necesidad de tener el último producto en salir al mercado porque el anterior ya no parece satisfacernos por completo. Y es en este proceso de adquisición compulsiva, en el que pocos se preguntan de dónde vienen los productos, cómo, dónde y quiénes los fabrican, o qué pasa con ellos una vez que los desechamos, mientras les permita estar en la última vanguardia tecnológica.
      Recordemos que Apple es una empresa que durante años se ha negado a responsabilizarse en términos ambientales. El año 2009, incluso, algunos accionistas incitaron a la empresa a generar un Reporte de Responsabilidad Empresarial –incorporando detalles en torno a la emisión de gases invernadero, toxinas, reciclaje, y más-, pero la directiva persuade a sus accionistas a que voten en contra de la resolución, alegando que es un " costo innecesario” y que produciría poco valor agregado.
       En definitiva y en el caso de esta marca, pero también en el de muchas otras, lo que pretenden es captar la vida del consumidor, acompañarlos en su evolución y de esta forma marcaran una gran diferencia, pues lo que finalmente venden no son productos, sino un estilo de vida.














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